-Disculpeme... yo no...- me decía el hombre. Su disculpa me sonaba a súplica.
-No hay problema, señor...- y esperé que me dijera su nombre.
-...Spinetta, Marcelo Spinetta.- me dijo.
Nos levantamos del suelo y nos dimos cuenta de que le tapabamos el camino a mucha gente. Mano con Mano, una disculpa y cada uno siguió con su vida.
Normalmente todos en nuestra vida nos cruzamos con miles de personas que no llegamos a conocer nunca y que jamás volvemos a ver. Como si cada uno viviera en una burbuja y un día ésta chocara con la de otro. En ese caso nos levantamos, nos damos la mano, una disculpa y cada uno sigue con su vida.
Pero, por desgracia, ese tipo, Spinetta, ya me había visto antes; y yo no lo sabía, pero me estaba enfrentando nada más y nada menos que con un acosador
Frase de la parte siguiente: "Él" era yo...
jujuju Muy cool, muy cool, quiero más. Dejálo inconcluso y te mando un par de acosadores a tu casa ¬¬
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